Una de las recetas mexicanas más famosas en el mundo es el
guacamole, en sus múltiples versiones. ¿A qué me refiero con esto? Pues que
algunos amigos extranjeros me han preguntado que si se le pone crema, que si
frijoles (¿¿¿???) y demás chuladas que no sé de dónde salieron.
Entonces les quiero pasar en cortito la forma en que yo
preparo el guacamole y no es por nada, pero me queda de rechupete.
Un guacamole latoso
Ingredientes para un aguacate. Alcanza para dos tragones o
para tres moderados. O uno muy hambriento.
1 aguacate “para hoy”, suavecito. No tanto como para que se marquen tus dedos, pero lo suficiente como para decir: ¡este es el bueno!
Un puño grande de cilantro, finalmente picado (y bien lavado).
Un jitomate.
Un chile verde picado. O más, si le guste que pique mucho. Un tip: el chile verde pica menos si se le quita las semillas y las venitas.
Un limón con mucho jugo o dos. Debe de tener mucho jugo.
Sal al gusto (bastante)
Cebolla finamente picada, al gusto (yo esto lo omito, porque no me gusta la cebolla cruda).
Lo primero es sacar todo el aguacate y, con un tenedor,
hacerlo puré. Es muy útil ponerle el jugo antes, se facilita el proceso.
Revolver los ingredientes.
¡Listoooo!
Es delicioso en taquitos con tortillas de maíz o en tostada.
O a cucharadas. ¡Que lo disfruten!
NOTA INTERNACIONAL:
Para los mexicanos esto es un limón: