-Texto publicado en http://www.papaschips.com.mx/ en septiembre de 2010-
Los 10 lugares que TIENES que visitar, fotografiar y vivir antes de morir
In Belleza Natural, In colaboraciones, In Tips, In Viajedomingo, 9 de enero de 2011
-Texto publicado en http://www.papaschips.com.mx/ en septiembre de 2010-
Turista en tu propia tierra
In rutas, In safari, In Tips, In Turismo, In Viajemiércoles, 6 de octubre de 2010
Siempre que vamos a algún sitio nuevo nos preparamos para la visita: averiguamos los precios de los museos, los puntos de interés, compramos guías o las bajamos de internet… todo para ir bien preparados. Pero ¿cuántas veces hacemos lo mismo en nuestro lugar de residencia? Seamos honestos, visitamos lo museos locales en la primaria y sólo porque nos obligaron, rara vez vamos al centro, si a caso, a alguna boda, a comprar fayuca o porque vino alguien de visita y "hay que pasearlo".
Por lo mismo, seguramente nos hemos perdido de grandes atractivos, así que les propongo ser turistas ¡en casa! Y si vives en un pueblito pequeño, lánzate a la aventura a la capital de tu estado, te saldrá mucho más barato que alguna otra opción.
¿Están listos?
Para empezar, lo más adecuado sería informarte: busca por internet los principales atractivos o acércate al módulo de información turística. Si puede, también carga algún mapa en donde venga la historia del lugar… o ¿a poco te lo sabes de memoria?
Averigua si existen tours gratuitos en los principales edificios, ¡nunca se sabe! Que no te dé pena decir que vienes "de aquí", cuando te pregunten "¿de dónde nos visita?" Verás que te convertirás en la atracción cuando les digas que quieres conocer mejor tu ciudad.
¿Qué tal un safari fotográfico? Si te gusta la fotografía, sal a retratar tu ciudad. Estoy segura que la verás con nuevos ojos: observa a través del lente las esquinas (literalmente), los parques, las plazas públicas y la gente. Captura momentos y esculturas, retablos de iglesia y murales.
Investiga las ferias y fiestas de las poblaciones cercanas. Es decir, si eres de Morelia, ¡no puedes perderte la Noche de Muertos en Tzintzuntzan!, o si vives en León, ¡el Cervantino en Guanajuato!
Domingo prehispánico: ¿qué te parece que algún domingo te lances a la zona arqueológica más cercana? Por ejemplo, si vives en Oaxaca, apunta Mitla para el próximo fin, ¡verás qué maravilla! (y en muchos sitios, el domingo es gratuita la entrada.)
¿Qué tal tomar el tranvía que recorre el centro histórico? Sí, quizás te cueste entre 50 y 120 pesos el recorrido, pero será una buena experiencia. Y si te quieres ver más audaz, busca los que son temáticos: de leyendas, de rutas específicas (como el de cantinas en D.F.), etcétera.
Organiza con tus amigos el tour "mis lugares favoritos". Que cada uno planee uno y sea el guía. Vas a aprender sobre el lugar y sobre tu cuate. Yo siempre llevo a mis amigos a conocer "el lugar donde nací y viví por 12 años" y es la Calzada Fray Antonio de San Miguel, en Morelia. Les enseño dónde estaba el hospital donde mi mamá me dio a luz, mi primaria y mi secundaria. Y de paso visitamos la famosísima iglesia de "San Diego" (Santuario de Guadalupe), donde todo mundo se casa y es una muestra clarísima del arte Churrigueresco de la Nueva España.
Exposiciones temporales. Quizá ya conoces los museos locales, pero durante el año habrá alguna muestra temporal que valdrá la pena. Fíjate en el periódico qué hay o de plano, averigua en el mismo museo. Abre los ojos, te encontrarás que en vallas, la cartelera de la esquina y hasta en el espectacular de por tu casa hay anuncios que nunca volteas a ver.
Si vives en Ciudad de México te recomiendo que vayas poco a poco: divide la ciudad y haz cosas distintas en los lugares que más te gustan. Por ejemplo, si te encanta la parranda en Xochimilco, ahora visita el centro de la delegación, ¡que es Patrimonio de la Humanidad! O, por ejemplo, si eres amante del cine, arma tu ruta de locaciones de "aquí se filmó": ve a dónde estuvo la producción de "Sólo con tu pareja", "Amores perros" o "Salón México", ¡aprovecha que vives aquí!
Utiliza la tecnología a tu favor: foursquare. Únete a esa comunidad y conoce los mejores restaurantes, bares y demás del lugar donde vives… ¡todo a través de tus twitteros favoritos!
¿Ya te dieron ganas de hacer algo diferente este fin de semana? ¡Qué esperas! Carga tu bonita dotación de papas Chip's (incluye las nuevas "Fuego") para tener mucha energía en el camino.
Gracias por acompañarme durante este mes a recorrer México. Para cualquier duda, queja o sugerencia, me encuentras en www.mxroks.com o sígueme por Twitter (@crislata). ¡Ha sido un placer!
¡Hasta pronto y genial viaje!
Ideas para que nuestro viaje sea único
In Tips, In Viajemartes, 14 de septiembre de 2010
Viajar solas y seguras
In Mexico, In Mujeres, In Viajemiércoles, 19 de agosto de 2009

¿Han pensado cómo se puede ver México con lentes femeninos?
Recuerdo que hace un par de años unas amigas y yo fuimos a un bautizo a un pueblo cercano a Morelia. Íbamos en la camioneta de una de ellas y para mí era muy natural, pero para mis acompañantes no. Una mencionó que no le había dicho a su mamá que vendríamos puras mujeres solas en el auto, la otra que éramos algo así como valientes por viajar (¡¡¡a un pueblo a una hora de nuestra ciudad!!!) sin un hombre. Por un momento no lo pude creer, era como… irreal. En pleno siglo XXI, mujeres cercanas a mí, contemporáneas (treintañeras) y “modernas” no concebían el poder estar seguras por las carreteras del país (no quiero siquiera pensar en otras naciones).
Entonces, me puse a reflexionar si existe algún tipo de amenaza en contra de las damiselas frágiles y solitarias acechando después de cada curva. La respuesta fue no. Con esto no quiero decir que vivamos en un país cien por ciento seguro, no, no; pero hay que pensar en que incidentes pueden ocurrir en cualquier sitio y en que a ciertas horas y lugares hombres, mujeres o cetáceos debemos de tener cuidado. Es recomendable para TODOS tomar ciertas precauciones, pero eso no quiere decir que México sea un país especialmente peligroso para las aventureras.
Honestamente no me imagino tener que esperar a que un voluntario (masculino) levante la mano para planear un viajecito… ¿Se imaginan? “Hermano, ¿podrías ir conmigo a Pátzcuaro por un helado, con mis amigas y conmigo? Seguro te vas a aburrir, porque iremos hablando de hombres, hombres y hombres (para que el estereotipo sea todavía más fuerte, además de que siempre lo hacemos, ja), pero te necesitamos, por si se nos poncha una llanta o alguien nos ve feo.”
Momento, que no digo que los hombres no sean buenas compañías, ¡para nada! Sí que lo son, pero también conozco a muchas mujeres que viajan solas (sin otros/otras acompañantes) y todo va bien. Si existe algún incidente, tanto a ellos como a nosotras se nos puede complicar. Para eso, hay que cargar en la guantera los números telefónicos de los Ángeles Verdes, de la PFP y, por supuesto, de nuestra aseguradora. Esto, es si decidimos viajar en nuestro auto. (Ah, también asegúrense de traer crédito en el celular).
Afortunadamente en México existen buenas carreteras y autopistas. Yo les recomiendo que se compren una de esas guías del país que traen todos los caminos, hasta con kilómetros y mapas de las ciudades principales. Son una buena herramienta, para mí mucho mejor que los GPS, pero ahí cada quién.
En la mayoría de las casetas de cobro y gasolineras existen tienditas de abarrotes y baños públicos, pero no está de más traer papel de baño en el auto… por alguna emergencia. Establece tu ruta y no tengas miedo de tomar el volante y pisar el acelerador.
Una buena forma de darte una idea de qué es lo que verás en tu próximo destino, es visitar la página de viajes www.travelbymexico.com. Aquí encontrarás todo lo que necesitas. Léela con detenimiento e imprime lo que te parezca de más utilidad, por ejemplo: número de emergencias, datos de hoteles y oficinas de turismo, sitios recomendados, etcétera.
Date una idea general del lugar. También, échale un ojo a su blog, aquí podrás obtener algunas ideas como, -por supuesto- qué comer en los lugares que quieres visitar. Si vas a un estado desconocido para ti, sería una lástima que te perdieras de los sabores locales. Que no te dé miedo preguntar, recuerda, tu actitud es lo más importante, no te sientas desprotegida. Piensa que si en tu lugar de origen vas al mercado y a veces disfrutas unas buenas quesadillas sin sentirte en peligro, ¿por qué habría de ser distinto en otra ciudad de… ¡tu propio país!?
Ojo, que esto de tener todo planeado tampoco sea regla. El ir “puebleando” es una experiencia básica en tierras mexicas. Averigua un poco sobre la zona, es decir, una cosa es ser aventurero y otra ser ingenuo y descuidado.
Pero volviendo al recorrido, si optamos por viajar en avión o autobús, la cosa tal vez sea más sencilla. Hay que averiguar cómo llegar al destino que hemos elegido, desde el aeropuerto hasta el hostal/hotel/posada/casa donde nos hospedaremos, además de cómo movernos dentro de la ciudad. Afortunadamente México cuenta con un servicio de transporte público bastante eficiente (la leyenda cuenta que en Estados Unidos hay pocos camiones para pasajeros locales) y sitios seguros de taxis. ¡No dejes que el no tener un auto propio te detenga!
Tú dirás… ¿Hacia dónde dirigimos la ruta? ¿Hacia San Luis Potosí o Oaxaca? ¡México te espera!
Un viaje al pasado, entre pirámides
In Michoacan, In Viajelunes, 3 de agosto de 2009

Recorrer Michoacán es toda una experiencia. Y no sólo hablo de encontrar el autobús que nos lleve al destino, de viajar con pollos junto a nosotros (en caso que viajemos en tercera) o de no olvidar la música adecuada para el trayecto, si optamos por automóvil. Este estado ofrece un maravilloso abanico de posibilidades, de colores, de aromas, de sabores, de sonidos.
Cuando eres oriundo de estas tierras, en realidad no adviertes los grandes árboles que te ofrecen su sombra para descansar, o cuán buena y variada es la comida. Mucho menos te ocupas de conocer la historia y saber quién fue el famosísimo don Vasco de Quiroga. Así que decidimos dejar detrás nuestra ignorancia y lanzarnos a la aventura al ritmo de una pirekua (música típica purépecha) a todo volumen. Dos mexicanas y un anglo-japonés nos cargamos con cámaras, algo de dinero y zapatos cómodos para visitar dos lugares importantísimos en Michoacán: Tzintzuntzan y Pátzcuaro.
En este estado ubicado en el centro-occidente de México habitó el gran imperio Purépecha. Dichos guerreros no fueron derrotados ni por los poderosos aztecas, y eso que lo intentaron en varias ocasiones. La conquista por parte de los españoles se realizó de forma pacífica, algo así como una negociación, apoyada en gran medida en la conversión religiosa. Distintas congregaciones de sacerdotes arribaron desde la Madre Patria a estas zonas “olvidadas por Dios”. Hubo de todo, xenofobia, explotación, esclavitud y buenos personajes que se ocuparon de integrar a los indígenas al recién creado Virreinato. Uno de esos buenos hombres fue precisamente un cura español, quien llegaría a ser el obispo de Michuacan, Vasco de Quiroga. Él creó un sistema llamado “hospitales”, en donde no sólo se atendían las enfermedades de ibéricos, mestizos e indígenas, sino que se les daba refugio a estos últimos y se les enseñaba a crear maravillosas obras de arte con sus manos, utilizando como materia prima elementos de la región. Tal vez es por esto que Michoacán es una de las entidades donde aún se pueden encontrar una gran variedad de artesanía original.
Viajamos de Morelia por la autopista hacia Pátzcuaro y nos desviamos sólo unos kilómetros antes de llegar. Tzintzuntzan es un pueblito pequeño y pintoresco, en donde se pueden encontrar artículos divinos a precios aún más atractivos. Pero nuestra primera parada no fue el mercado sino la zona arqueológica del lugar.
Dos profesoras mexicanas entran gratis, un estudiante extranjero tiene que pagar 30 pesitos. Visita obligada al baño (limpitos) y un sitio vacío, exclusivo para nosotros tres.
La vista es espectacular. Verdísima vegetación a nuestro alrededor, pirámides rectangulares y circulares (llamadas Yácatas), el pueblo un poco más abajo, a nuestros pies, y montañas enmarcando el Lago de Pátzcuaro. Benditas cámaras digitales, nos dan “deditis” y casi hacemos una caricatura con tooodas las fotos que tomamos.
Nuestro primer impulso, claro, es escalar las pirámides, tratar de encontrar una subida segura entre todas las piedras que se alzan para formar la estructura… a pesar de que dice “no subir”. El diablito a nuestra izquierda nos incita a hacerlo, el angelito a la derecha nos dice que si lo hacemos estaremos contribuyendo a la destrucción lenta del sitio (¿o tal vez será que la estructura es débil y podemos caer a la tumba de algún rey o Caltzontzin al puro estilo de Indiana Jones?) Finalmente traspasamos el permiso para un par de fotos y bajamos el escaloncito a prisa para evitar ser detenidos por las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Nuestros pies están mojados por el pasto, por lo que aprendimos que debemos de traer botas y no tenis… pero no nos importa. La energía es fuerte y no nos queremos ir. Nos sentimos tranquilos, en paz… poderosos. El lugar es mágico; una mezcla entre sublime y armonioso. Lo que me parece increíble es que esté vacío y me pregunto cuántos mexicanos han visitado esta zona, han disfrutado este paisaje, y no vale la noche de muertos, cuando cientos de adolescentes alcoholizados parrandean por aquí y por allá.
Así, terminamos nuestro recorrido por las Yácatas y nos dirigimos al centro del pueblo. Como decía al principio del texto, el mercado de artesanías es un sueño hecho realidad: vivos colores, chúspata (tule o “mimbre”) en forma de canastos, adornos navideños, alcancías, botes de basura, sombreritos y sombrerotes; vajillas de cerámica y de barro, juguetes de madera, zapatos, perros callejeros… ¡ah!, eso no es parte de las artesanías, pero sí del folklore de todo poblado mexicano que se digne de serlo.
De ahí pasamos al monasterio franciscano del siglo XVI, un lugar encantador y rodeado de un aura mágica. Cuenta con una cruz atrial que encaja perfectamente con el paisaje definido por las casas de tejas rojas. Ahí también se encuentra una antigua estatua de Don Vasco, una capilla abierta, en donde se celebró misa por primera vez en Michoacán y los árboles con la apariencia más antigua que he visto, que te dan la impresión de estar ahí desde antes de la época del Imperio Purépecha… no sé, parecen árboles abuelos.
- ¡Una autofoto!, sonríe Mireya, abre los ojos, Sean.
A esa hora la tripa ya hacía ruidos extraños y, después de comprar unas cuantas gangas, encaminamos nuestra marcha (y nuestros vacíos estómagos) hacia Pátzcuaro, donde más sorpresas nos aguardaban.
Continúa…
De regreso y preparaciones
In Viajemartes, 21 de julio de 2009
Me pregunto si Manuel y sus amigos motocicletos lucen tan bien como los que andan por la ruta de los Mil Kasbahs en Marruecos, presentados por "Trota Mundos" de Travel & Living.
En fin, habrá que pedirle fotos.
Mientras llega la siguiente colaboración de los motociclistas, yo me doy tiempo para escribir y bajo las colaboraciones de nuestro fiel Trajeado a distintas partes, me gustaría preguntarles algo.
¿Qué les gustaría leer y ver en video sobre nuestro país? Pueden ser tan específicos como lo deseen.
Se me ocurren locuras como: reglas de tráfico en distintos sitios, horarios de tomar café, palabras y fases como mi favorita (actualmente) "novedosa", las fiestas locales, las reglas no dichas en la ciudad, las reglas no dichas en algunos pueblos... ¡el límite es el cielo!
Pero... ¿tú qué quisieras ver/leer?
Por ejemplo:
Gracias a Carlos Alcocer y Willi Souza, como siempre, por sus magníficos videos. Aunque ni se acuerden que me los prestan.