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Los 10 lugares que TIENES que visitar, fotografiar y vivir antes de morir

domingo, 9 de enero de 2011

Por: Lata Viajera

Para el texto de esta semana tuve problemas creativos. ¿De qué hablar justo en los días en los que se festejan 200 años del inicio de la guerra de Independencia? Lo más obvio era sobre las Rutas Bicentenarias y me quebré la cabeza pensando cómo hacerlo de forma divertida, sin que a todos les diera un gran **inserte FX de bostezo**

Afortunadamente el sábado por la tarde, mientras esperaba para entrar a una función de cine, me entregaron una revista, en apariencia inocente. Oh, tan ingenua la Lata. Al abrirla supe de qué hablaría. En la página 36 se lee en grande: “Los 10 lugares que tienes que conocer antes de morir”. Y pensé que no había que esperar a estar desfalleciendo o a que juntemos mucho dinero… así que este será un reto que les quiero poner: ¡a conocer estos 10 sitios antes de que termine el año!
¿Están listos para el reto?

Comencemos.

1) Sótano de las Golondrinas en San Luis Potosí. A justo 56 kilómetros de Ciudad Valles se encuentra una maravilla de la biosfera de nuestro país: una cueva que se formó por la erosión del agua y que es mucho más estrecha en la superficie que en el fondo y mide 376 metros de altura. Es un refugio natural de aves. Tienes que ir con un guía y se recomienda muchísimo ver el espectáculo matutino del vuelo de decenas de pájaros.

2) Guanajuato. ¡Y dale con esta ciudad! Pues sí, es uno de los sitios más cool de México, no sólo por sus hermosos edificios, sino por lo genial y único de sus túneles, por las leyendas y por las tradiciones. Todos deberíamos de tener un beso del Callejón del Beso y una foto con las tenebrosas momias, pero, eso no es todo. Nadie puede morir sin haber asistido a alguna edición del Festival Cervantino. Una vez al año lo mejor de las artes se dan cita en este lugar, ¡te quieres volver loco con tantos espectáculos! Claro, también hay fiesta… mucha fiesta. Aún tienes tiempo, la edición 2010 será del 13 de octubre al 7 de noviembre.

3) Hierve el agua. A menos de 80 kilómetros de Oaxaca, capital, se encuentra una zona de cascadas petrificadas. Sí, leíste bien: petrificadas. Se les conoce también como Cascadas de sal debido a que están formadas de carbonato de calcio que, de hecho, brota de las fisuras de la piedra. En la parte alta está El Anfiteatro, en donde hay dos albercas y cuatro manantiales, en donde la gente puede nadar en una temperatura cálida de alrededor de 24°C. ¿No suena un lugar único?

4) La aventura de un temazcal después de haber subido la Pirámide del Sol y la Luna en Teotihuacán. Esta zona arqueológica es la más popular del país y posee la tercera pirámide más alta del mundo (después de las de Egipto). Así que un paseíto por el día tendrá que ser terminado (o comenzado, más bien) con un ritual ancestral: el baño del temazcal. Este es un viaje mágico hacia las entrañas de la Madre Tierra y también dentro de ti mismo. Te purificas en cuerpo y mente y sales con toda la energía del mundo, un infaltable en la vida.

5) Pátzcuaro. Ajá, mi Michoacán. No… no puedes morir sin haber ido a una Noche de Muertos a la orilla del Lago de Pátzcuaro, sin haber visto los panteones de los pueblitos cercanos, iluminados con veladoras y llenos de ofrendas (flores, comidas, juguetes…). Este ritual no se conserva en todo México, por eso hay que ir a tierras purépechas para presenciarlo. Te queda un mes y medio para prepararte. La fecha: 1 de noviembre.

6) Yaxchilán, en Chiapas. Imaginen un lugar perdido en la Selva Lacandona al que sólo se llega a través del río que separa a México y Guatemala. Imagina pirámides mayas cubiertas por plantas, las imágenes en piedras de los antiguos gobernantes de esta ciudad, y un ambiente tropical, casi salvaje, que pocas veces se ve ya en un mundo tan urbanizado. Desde San Cristóbal puedes contratar un tour y sirve que visitas esta magnífica ciudad que también vale muchísimo la pena.

7) Estar cerca de las Ballenas Grises en Baja California. A principios del invierno llegan las tranquilas ballenas a las aguas de nuestro país para protegerse del frío, de los depredadores y para reproducirse. Desde Ensenada hasta Los Cabos, existen sitios donde se pueden apreciar y si quieres acercarte, en BCS hay lugares especializados que te llevan, el puerto más famoso es Guerrero Negro.

8) Campeche. Esta no la veía venir nadie, ¿verdad? Y es un 2 x 1 porque aquí incluimos el maravilloso centro de la ciudad, lleno de plazas y edificios de colores, y el espectáculo de luz y sonido de Edzná, zona arqueológica a unos cuantos minutos de la capital y que cuenta con un raro edificio de cinco pisos construido por los mayas y en medio de una exuberante vegetación.

9) Los jardines surrealistas de Sir Edward James, en Xilitla. Un lugar mágico, extraído de la mente de un arquitecto británico amigo nada más y nada menos que de Salvador Dalí y Luis Buñuel. Se encuentra en pleno San Luis Potosí, en el municipio de Xilitla y pretendía ser lo que James llamaba “el jardín del Edén en México”.

10) Lucha Libre en la Arena México. Ah, si no todo es belleza natural, también hay belleza… o más bien, felleza en vivo y en directo, con máscaras, piruetas, mentadas de madre, gritos, muchachas en diminutos outfits y ¡mucha adrenalina! Y qué mejor que hacerlo en la Catedral de la lucha, en pleno centro de la ciudad de México.

Así que, ¿quién se lanza al primer destino? ¡Envíanos tus fotos y cuéntanos cómo te fue! ¡Disfruta México! ¡Buen viaje!

-Texto publicado en http://www.papaschips.com.mx/ en septiembre de 2010-


Turista en tu propia tierra

miércoles, 6 de octubre de 2010

¿Estás depre porque no puedes salir de vacaciones? Antes de llorar contesta esto: ¿qué tanto conoces tu ciudad?

Siempre que vamos a algún sitio nuevo nos preparamos para la visita: averiguamos los precios de los museos, los puntos de interés, compramos guías o las bajamos de internet… todo para ir bien preparados. Pero ¿cuántas veces hacemos lo mismo en nuestro lugar de residencia? Seamos honestos, visitamos lo museos locales en la primaria y sólo porque nos obligaron, rara vez vamos al centro, si a caso, a alguna boda, a comprar fayuca o porque vino alguien de visita y "hay que pasearlo".


Por lo mismo, seguramente nos hemos perdido de grandes atractivos, así que les propongo ser turistas ¡en casa! Y si vives en un pueblito pequeño, lánzate a la aventura a la capital de tu estado, te saldrá mucho más barato que alguna otra opción.


¿Están listos?


Para empezar, lo más adecuado sería informarte: busca por internet los principales atractivos o acércate al módulo de información turística. Si puede, también carga algún mapa en donde venga la historia del lugar… o ¿a poco te lo sabes de memoria?


Averigua si existen tours gratuitos en los principales edificios, ¡nunca se sabe! Que no te dé pena decir que vienes "de aquí", cuando te pregunten "¿de dónde nos visita?" Verás que te convertirás en la atracción cuando les digas que quieres conocer mejor tu ciudad.


¿Qué tal un safari fotográfico? Si te gusta la fotografía, sal a retratar tu ciudad. Estoy segura que la verás con nuevos ojos: observa a través del lente las esquinas (literalmente), los parques, las plazas públicas y la gente. Captura momentos y esculturas, retablos de iglesia y murales.


Investiga las ferias y fiestas de las poblaciones cercanas. Es decir, si eres de Morelia, ¡no puedes perderte la Noche de Muertos en Tzintzuntzan!, o si vives en León, ¡el Cervantino en Guanajuato!


Domingo prehispánico: ¿qué te parece que algún domingo te lances a la zona arqueológica más cercana? Por ejemplo, si vives en Oaxaca, apunta Mitla para el próximo fin, ¡verás qué maravilla! (y en muchos sitios, el domingo es gratuita la entrada.)


¿Qué tal tomar el tranvía que recorre el centro histórico? Sí, quizás te cueste entre 50 y 120 pesos el recorrido, pero será una buena experiencia. Y si te quieres ver más audaz, busca los que son temáticos: de leyendas, de rutas específicas (como el de cantinas en D.F.), etcétera.


Organiza con tus amigos el tour "mis lugares favoritos". Que cada uno planee uno y sea el guía. Vas a aprender sobre el lugar y sobre tu cuate. Yo siempre llevo a mis amigos a conocer "el lugar donde nací y viví por 12 años" y es la Calzada Fray Antonio de San Miguel, en Morelia. Les enseño dónde estaba el hospital donde mi mamá me dio a luz, mi primaria y mi secundaria. Y de paso visitamos la famosísima iglesia de "San Diego" (Santuario de Guadalupe), donde todo mundo se casa y es una muestra clarísima del arte Churrigueresco de la Nueva España.


Exposiciones temporales. Quizá ya conoces los museos locales, pero durante el año habrá alguna muestra temporal que valdrá la pena. Fíjate en el periódico qué hay o de plano, averigua en el mismo museo. Abre los ojos, te encontrarás que en vallas, la cartelera de la esquina y hasta en el espectacular de por tu casa hay anuncios que nunca volteas a ver.


Si vives en Ciudad de México te recomiendo que vayas poco a poco: divide la ciudad y haz cosas distintas en los lugares que más te gustan. Por ejemplo, si te encanta la parranda en Xochimilco, ahora visita el centro de la delegación, ¡que es Patrimonio de la Humanidad! O, por ejemplo, si eres amante del cine, arma tu ruta de locaciones de "aquí se filmó": ve a dónde estuvo la producción de "Sólo con tu pareja", "Amores perros" o "Salón México", ¡aprovecha que vives aquí!


Utiliza la tecnología a tu favor: foursquare. Únete a esa comunidad y conoce los mejores restaurantes, bares y demás del lugar donde vives… ¡todo a través de tus twitteros favoritos!


¿Ya te dieron ganas de hacer algo diferente este fin de semana? ¡Qué esperas! Carga tu bonita dotación de papas Chip's (incluye las nuevas "Fuego") para tener mucha energía en el camino.


Gracias por acompañarme durante este mes a recorrer México. Para cualquier duda, queja o sugerencia, me encuentras en www.mxroks.com o sígueme por Twitter (@crislata). ¡Ha sido un placer!


¡Hasta pronto y genial viaje!


 
Imagen: cc 2.0 María Cristina Mendoza Alcázar
Publicado en: www.papaschips.com

Ideas para que nuestro viaje sea único

martes, 14 de septiembre de 2010



Por fin nos hemos decidido por un lugar, ya sea solos o acompañados tenemos nuestro destino elegido, ahora, ¿qué sigue?
Bueno, yo te aconsejo que tomes en cuenta estos sencillos puntos y agregues los propios (y nos los compartas) para que tu viaje sea espectacular e inolvidable.
¿Listos? ¡Lancémonos a la aventura!
Primero, adquiere tus boletos de autobús con anticipación y pregunta si tienen descuentos para estudiantes, maestros y para gente de la tercera edad. Aunque no lo creas, lo que nos ahorremos en el pasaje será significativo para el presupuesto global que tengamos.
Si decidiste viajar en automóvil, asegúrate de tener un buen mapa de las carreteras de la república, en cualquier librería o tienda departamental donde vendan revistas lo encontrarás. Es básico. Asegúrate que tu coche esté en buenas condiciones para salir en carretera. No olvides tu dotación de Chip’s para hacer delicioso tu recorrido.
Antes de salir a carretera, busca dónde dormir. Si llegas a casa de amigos o familiares, pregunta bien la dirección y las indicaciones para llegar sin problemas.
Si no tienes mucho presupuesto, quédate en un youth hostel u “hostal juvenil”, que son albergues donde por unos cuantos pesos, rentas una cama o un cuarto, dependerá de tu gusto. Cada vez hay más hostales en nuestro país (afortunadamente) y son bastante económicos (calcula entre $100 y $200 por persona, por noche). Un tip: si viajan en bola, quizás les convenga rentar un cuarto de hotel de 3 estrellas o un cuarto triple o cuádruple en un hostal, ¡es más barato!
Si tienes buen presupuesto para el hospedaje, piensa en la zona de la ciudad que te conviene. Yo siempre recomiendo en el centro o cerca del lugar que te interese conocer.
POR FAVOR, aprende a empacar. No te sirve de nada llevar tu plancha de ropa si vas a un hotel 5 estrellas o llevar tu traje de baño si vas a acampar al desierto, ¡sé honesto! No lleves 45 mudas “por si acaso…” entre menos cargues, mejor. Además, así guardas lugar para las compritas.
Ya en el lugar: ubícate. Pregunta cómo te puedes mover y qué te conviene: caminar, andar en camión o taxi. Aunque lleves auto, a veces es mejor dejarlo en el estacionamiento del hotel y aventurarte por la ciudad. Consigue un mapa en las oficinas de turismo (en el centro siempre habrá una) que te ayudarán a trazar una ruta de los principales atractivos e incluso a conocer un poco de la historia de cada uno.
¿Día de lluvia? En esta época podemos sentirnos un poco decepcionados de que la lluvia venga a empañar nuestros planes de paseíto vacacional. ¡No te preocupes!, en estos casos hay una gran opción para conocer y mantenernos secos: visita museos.
En todas las ciudades hay exposiciones temporales o permanentes que nos enseñarán el lugar donde nos encontremos, nos divertiremos y seguramente aprenderemos de alguna corriente, personaje o época específica, ¡vivan los museos! Si eres estudiante, en las entradas tendrás un buen descuento al enseñar tu credencial vigente, ¡así que no la olvides!
Lo que no debe faltar:
-Identificación y datos de contacto en caso de encontrarte en aprietos. También déjale tu itinerario a alguien cercano. Más vale prevenir.
-Cámara fotográfica con una buena memoria o un usb y el cable para bajar las fotos y guardarlas en caso de que se llene (¡nada de borrar fotografías!). Renta una compu en un cibercafé y ahí puedes vaciar tu memoria.
-Toalla, peine, cepillo de dientes y chanclas para baño. Nada bromoso (lo pongo en la lista porque yo casi siempre los olvido. Lo sé, soy terrible). Si te vas a quedar en casa de alguien conocido, pregúntales si pueden prestarte una toalla: más espacio para los suvenirs.
-Botiquín básico: pastilla para el dolor de cabeza, pastilla para la indigestión y curitas.
-Lentes de sol y protector solar. Sobre todo si vamos a estar en la intemperie.
-Paraguas. Yo soy una loca obsesiva que se acostumbró a traer uno pequeñito en la bolsa cuando vivía en la ciudad donde siempre llueve. Por eso creo que siempre viene bien.
-Shampoo y jabón, en caso de que no haya en donde vayas. Yo acostumbro guardar las muestritas que vienen en las revistas o que te dan afuera del metro para este tipo de ocasiones. O bien, puedes vaciar un poco en botecitos (también de muestritas… ¿hay un patrón aquí?)
-Dinero. Distribúyelo en paquetitos e incluso en distintos lugares de tu equipaje. Si puedes, lleva también una tarjeta de débito/crédito para sacar del cajero o, mejor aún, para pagar con ella en los sitios que así lo permitan (y no te gastas tu efectivo)
Si algo te hace falta, no te angusties, ¡no vas al polo norte!, siempre habrá una tiendita de la esquina para emergencias.
¡Acuérdate que lo más importante es llevar ac-ti-tud! Relájate y no trates de controlarlo todo: ¡quizás en las peripecias inesperadas estarán los mejores recuerdos de esos viajes!

Texto publicado en Chip's porque Lata fue la invitada del mes.

Viajar solas y seguras

miércoles, 19 de agosto de 2009


Ahora le toca el a un tema que conozco bien: México recorrido por mujeres.

¿Han pensado cómo se puede ver México con lentes femeninos?

Recuerdo que hace un par de años unas amigas y yo fuimos a un bautizo a un pueblo cercano a Morelia. Íbamos en la camioneta de una de ellas y para mí era muy natural, pero para mis acompañantes no. Una mencionó que no le había dicho a su mamá que vendríamos puras mujeres solas en el auto, la otra que éramos algo así como valientes por viajar (¡¡¡a un pueblo a una hora de nuestra ciudad!!!) sin un hombre. Por un momento no lo pude creer, era como… irreal. En pleno siglo XXI, mujeres cercanas a mí, contemporáneas (treintañeras) y “modernas” no concebían el poder estar seguras por las carreteras del país (no quiero siquiera pensar en otras naciones).

Entonces, me puse a reflexionar si existe algún tipo de amenaza en contra de las damiselas frágiles y solitarias acechando después de cada curva. La respuesta fue no. Con esto no quiero decir que vivamos en un país cien por ciento seguro, no, no; pero hay que pensar en que incidentes pueden ocurrir en cualquier sitio y en que a ciertas horas y lugares hombres, mujeres o cetáceos debemos de tener cuidado. Es recomendable para TODOS tomar ciertas precauciones, pero eso no quiere decir que México sea un país especialmente peligroso para las aventureras.

siriusfem, mujeres viajando solas

Honestamente no me imagino tener que esperar a que un voluntario (masculino) levante la mano para planear un viajecito… ¿Se imaginan? “Hermano, ¿podrías ir conmigo a Pátzcuaro por un helado, con mis amigas y conmigo? Seguro te vas a aburrir, porque iremos hablando de hombres, hombres y hombres (para que el estereotipo sea todavía más fuerte, además de que siempre lo hacemos, ja), pero te necesitamos, por si se nos poncha una llanta o alguien nos ve feo.”

Momento, que no digo que los hombres no sean buenas compañías, ¡para nada! Sí que lo son, pero también conozco a muchas mujeres que viajan solas (sin otros/otras acompañantes) y todo va bien. Si existe algún incidente, tanto a ellos como a nosotras se nos puede complicar. Para eso, hay que cargar en la guantera los números telefónicos de los Ángeles Verdes, de la PFP y, por supuesto, de nuestra aseguradora. Esto, es si decidimos viajar en nuestro auto. (Ah, también asegúrense de traer crédito en el celular).

Afortunadamente en México existen buenas carreteras y autopistas. Yo les recomiendo que se compren una de esas guías del país que traen todos los caminos, hasta con kilómetros y mapas de las ciudades principales. Son una buena herramienta, para mí mucho mejor que los GPS, pero ahí cada quién.

En la mayoría de las casetas de cobro y gasolineras existen tienditas de abarrotes y baños públicos, pero no está de más traer papel de baño en el auto… por alguna emergencia. Establece tu ruta y no tengas miedo de tomar el volante y pisar el acelerador.

siriusfem, diversion

Una buena forma de darte una idea de qué es lo que verás en tu próximo destino, es visitar la página de viajes www.travelbymexico.com. Aquí encontrarás todo lo que necesitas. Léela con detenimiento e imprime lo que te parezca de más utilidad, por ejemplo: número de emergencias, datos de hoteles y oficinas de turismo, sitios recomendados, etcétera.

Date una idea general del lugar. También, échale un ojo a su blog, aquí podrás obtener algunas ideas como, -por supuesto- qué comer en los lugares que quieres visitar. Si vas a un estado desconocido para ti, sería una lástima que te perdieras de los sabores locales. Que no te dé miedo preguntar, recuerda, tu actitud es lo más importante, no te sientas desprotegida. Piensa que si en tu lugar de origen vas al mercado y a veces disfrutas unas buenas quesadillas sin sentirte en peligro, ¿por qué habría de ser distinto en otra ciudad de… ¡tu propio país!?

Ojo, que esto de tener todo planeado tampoco sea regla. El ir “puebleando” es una experiencia básica en tierras mexicas. Averigua un poco sobre la zona, es decir, una cosa es ser aventurero y otra ser ingenuo y descuidado.

Pero volviendo al recorrido, si optamos por viajar en avión o autobús, la cosa tal vez sea más sencilla. Hay que averiguar cómo llegar al destino que hemos elegido, desde el aeropuerto hasta el hostal/hotel/posada/casa donde nos hospedaremos, además de cómo movernos dentro de la ciudad. Afortunadamente México cuenta con un servicio de transporte público bastante eficiente (la leyenda cuenta que en Estados Unidos hay pocos camiones para pasajeros locales) y sitios seguros de taxis. ¡No dejes que el no tener un auto propio te detenga!

Tú dirás… ¿Hacia dónde dirigimos la ruta? ¿Hacia San Luis Potosí o Oaxaca? ¡México te espera!


Un viaje al pasado, entre pirámides

lunes, 3 de agosto de 2009


Recorrer Michoacán es toda una experiencia. Y no sólo hablo de encontrar el autobús que nos lleve al destino, de viajar con pollos junto a nosotros (en caso que viajemos en tercera) o de no olvidar la música adecuada para el trayecto, si optamos por automóvil. Este estado ofrece un maravilloso abanico de posibilidades, de colores, de aromas, de sabores, de sonidos.

Cuando eres oriundo de estas tierras, en realidad no adviertes los grandes árboles que te ofrecen su sombra para descansar, o cuán buena y variada es la comida. Mucho menos te ocupas de conocer la historia y saber quién fue el famosísimo don Vasco de Quiroga. Así que decidimos dejar detrás nuestra ignorancia y lanzarnos a la aventura al ritmo de una pirekua (música típica purépecha) a todo volumen. Dos mexicanas y un anglo-japonés nos cargamos con cámaras, algo de dinero y zapatos cómodos para visitar dos lugares importantísimos en Michoacán: Tzintzuntzan y Pátzcuaro.

En este estado ubicado en el centro-occidente de México habitó el gran imperio Purépecha. Dichos guerreros no fueron derrotados ni por los poderosos aztecas, y eso que lo intentaron en varias ocasiones. La conquista por parte de los españoles se realizó de forma pacífica, algo así como una negociación, apoyada en gran medida en la conversión religiosa. Distintas congregaciones de sacerdotes arribaron desde la Madre Patria a estas zonas “olvidadas por Dios”. Hubo de todo, xenofobia, explotación, esclavitud y buenos personajes que se ocuparon de integrar a los indígenas al recién creado Virreinato. Uno de esos buenos hombres fue precisamente un cura español, quien llegaría a ser el obispo de Michuacan, Vasco de Quiroga. Él creó un sistema llamado “hospitales”, en donde no sólo se atendían las enfermedades de ibéricos, mestizos e indígenas, sino que se les daba refugio a estos últimos y se les enseñaba a crear maravillosas obras de arte con sus manos, utilizando como materia prima elementos de la región. Tal vez es por esto que Michoacán es una de las entidades donde aún se pueden encontrar una gran variedad de artesanía original.

Viajamos de Morelia por la autopista hacia Pátzcuaro y nos desviamos sólo unos kilómetros antes de llegar. Tzintzuntzan es un pueblito pequeño y pintoresco, en donde se pueden encontrar artículos divinos a precios aún más atractivos. Pero nuestra primera parada no fue el mercado sino la zona arqueológica del lugar.

Dos profesoras mexicanas entran gratis, un estudiante extranjero tiene que pagar 30 pesitos. Visita obligada al baño (limpitos) y un sitio vacío, exclusivo para nosotros tres.

La vista es espectacular. Verdísima vegetación a nuestro alrededor, pirámides rectangulares y circulares (llamadas Yácatas), el pueblo un poco más abajo, a nuestros pies, y montañas enmarcando el Lago de Pátzcuaro. Benditas cámaras digitales, nos dan “deditis” y casi hacemos una caricatura con tooodas las fotos que tomamos.

Nuestro primer impulso, claro, es escalar las pirámides, tratar de encontrar una subida segura entre todas las piedras que se alzan para formar la estructura… a pesar de que dice “no subir”. El diablito a nuestra izquierda nos incita a hacerlo, el angelito a la derecha nos dice que si lo hacemos estaremos contribuyendo a la destrucción lenta del sitio (¿o tal vez será que la estructura es débil y podemos caer a la tumba de algún rey o Caltzontzin al puro estilo de Indiana Jones?) Finalmente traspasamos el permiso para un par de fotos y bajamos el escaloncito a prisa para evitar ser detenidos por las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Nuestros pies están mojados por el pasto, por lo que aprendimos que debemos de traer botas y no tenis… pero no nos importa. La energía es fuerte y no nos queremos ir. Nos sentimos tranquilos, en paz… poderosos. El lugar es mágico; una mezcla entre sublime y armonioso. Lo que me parece increíble es que esté vacío y me pregunto cuántos mexicanos han visitado esta zona, han disfrutado este paisaje, y no vale la noche de muertos, cuando cientos de adolescentes alcoholizados parrandean por aquí y por allá.

Así, terminamos nuestro recorrido por las Yácatas y nos dirigimos al centro del pueblo. Como decía al principio del texto, el mercado de artesanías es un sueño hecho realidad: vivos colores, chúspata (tule o “mimbre”) en forma de canastos, adornos navideños, alcancías, botes de basura, sombreritos y sombrerotes; vajillas de cerámica y de barro, juguetes de madera, zapatos, perros callejeros… ¡ah!, eso no es parte de las artesanías, pero sí del folklore de todo poblado mexicano que se digne de serlo.

De ahí pasamos al monasterio franciscano del siglo XVI, un lugar encantador y rodeado de un aura mágica. Cuenta con una cruz atrial que encaja perfectamente con el paisaje definido por las casas de tejas rojas. Ahí también se encuentra una antigua estatua de Don Vasco, una capilla abierta, en donde se celebró misa por primera vez en Michoacán y los árboles con la apariencia más antigua que he visto, que te dan la impresión de estar ahí desde antes de la época del Imperio Purépecha… no sé, parecen árboles abuelos.

- ¡Una autofoto!, sonríe Mireya, abre los ojos, Sean.

A esa hora la tripa ya hacía ruidos extraños y, después de comprar unas cuantas gangas, encaminamos nuestra marcha (y nuestros vacíos estómagos) hacia Pátzcuaro, donde más sorpresas nos aguardaban.

Continúa…

De regreso y preparaciones

martes, 21 de julio de 2009

Lamento mucho el tiempo que ha pasado sin actualización este hermoso espacio, pero tenido unas semanitas de mucho trabajo, estrés y problemillas de salud. Pero aquí seguimos, viv@s.

Me pregunto si Manuel y sus amigos motocicletos lucen tan bien como los que andan por la ruta de los Mil Kasbahs en Marruecos, presentados por "Trota Mundos" de Travel & Living.

En fin, habrá que pedirle fotos.

Mientras llega la siguiente colaboración de los motociclistas, yo me doy tiempo para escribir y bajo las colaboraciones de nuestro fiel Trajeado a distintas partes, me gustaría preguntarles algo.

¿Qué les gustaría leer y ver en video sobre nuestro país? Pueden ser tan específicos como lo deseen.

Se me ocurren locuras como: reglas de tráfico en distintos sitios, horarios de tomar café, palabras y fases como mi favorita (actualmente) "novedosa", las fiestas locales, las reglas no dichas en la ciudad, las reglas no dichas en algunos pueblos... ¡el límite es el cielo!

Pero... ¿tú qué quisieras ver/leer?


Por ejemplo:




Gracias a Carlos Alcocer y Willi Souza, como siempre, por sus magníficos videos. Aunque ni se acuerden que me los prestan.

¿Por qué México Rocks?

martes, 26 de mayo de 2009

Como si no tuviera nada que hacer. (Diría Raus que tengo incontinencia blogguera, ¡necesito dos blogs!)

Esta idea lleva muchos años gestándose en mi cabeza y a pesar de que he escrito muy poco sobre México, ya viene siendo hora de que lo haga.

Además, es un buen momento.

Se acaba de lanzar un programa que se llama "Vive México" por parte del Gobierno Federal, en donde se promoverá a nuestro país como destino nacional e internacional.

Nosotros los bloggeros no somos agentes de viajes, ¡pero sabemos viajar!

Si conoces México, podrás opinar de primera mano, si no, ¡de todas formas participa!

Hasta eso nuestro país no es desconocido, y ya sea por el acento, el tequila o las telenovelas, ven y dinos tú, por qué crees que México rifa, es chingón, es fregón, está con madre, rulea, roquea, rules, es maravilloso y vale la pena experimentarlo.

So... ¡bienvenidos! Exploremos nuestro país, desde dentro, de fuera, por arriba y por abajo.


Y tú, ¿por qué crees que México es un lugar... que vale la pena?